El Convenio Regulador es un documento esencial en casos de separación, divorcio o nulidad matrimonial. Se encarga de fijar los términos que regirán la relación entre las partes una vez que se disuelva el matrimonio. Es fundamental en el ámbito del derecho de familia, ya que aborda cuestiones cruciales como el cuidado de los hijos, el uso de la vivienda y la distribución de bienes.

Este acuerdo, generalmente alcanzado entre ambas partes, define aspectos importantes de la vida futura de las personas involucradas. Entre los temas que cubre se incluyen:

• Custodia y régimen de visitas de los hijos: Se establece con quién vivirán los hijos y cómo se organizarán las visitas del progenitor no custodio.
• Pensión alimenticia: El importe económico que uno de los padres deberá aportar para cubrir los gastos básicos de los hijos.
• Pensión compensatoria: En algunos casos, uno de los cónyuges puede tener derecho a recibir una compensación económica si su situación económica queda desproporcionada tras la ruptura.
• Distribución de bienes: Cómo se repartirán los bienes y propiedades comunes adquiridos durante el matrimonio.
• Uso de la vivienda familiar: Decisión sobre quién residirá en la vivienda compartida.
• Liquidación de deudas: Reparto de las deudas acumuladas durante el matrimonio.

Además de estos aspectos, también se pueden incluir otras disposiciones como la cobertura de seguros, las pensiones de jubilación o la gestión de herencias.

Una vez que las partes acuerdan los términos del convenio, este se presenta ante un juez para su aprobación. La intervención judicial garantiza que el documento tenga validez legal y sea vinculante para ambas partes.

Modificación de medidas en el Convenio Regulador

Con el tiempo, las circunstancias personales pueden cambiar, haciendo necesario ajustar las disposiciones del convenio regulador. Este proceso, conocido como modificación de medidas, permite modificar puntos como la custodia, la pensión alimenticia o el régimen de visitas.

Algunas razones comunes para solicitar una modificación incluyen cambios en la situación económica, laboral o de salud de uno de los progenitores, o en las necesidades de los hijos. La modificación de medidas puede llevarse a cabo de manera amistosa si las partes están de acuerdo, o mediante un proceso judicial si no hay consenso.

En cualquier caso, es imprescindible que un juez apruebe los cambios para que sean válidos legalmente.